Hace tiempo que queremos presentaros a Rubberaquel, la sumisa crossdresser y rubberista más apreciada de Domina Musa. Como a muchos hombres sumisos aficionados a las prácticas FemDom, a Rubberaquel le gusta travestirse como una mujer para ser sometida y humillada como un objeto sexual por una mujer Dominante. Pero lo que hace realmente especial y diferente a este sumiso, es su gran pasión fetichista por el látex. Lo que en la terminología del Mundo BDSM se llama un Rubberista. Si queréis saber algo más sobre el Fetichismo del Látex y sus características, os aconsejamos leer este completísimo artículo de la edición digital de la famosa revista “Cuadernos BDSM” (Artículo on-line)
Antes de empezar una sesión FemDom con su Señora Musa, Rubberaquel se engalana con su peluca, su máscara, sus pechos, medias y guantes de látex, unos buenos taconazos y su collar de sumisa al cuello, transformándose en una sensual mujer “de goma”. El látex se convierte en su “segunda piel” (como le gusta llamarlo a los rubberistas) y moldea su nuevo cuerpo feminizado, a la vez que le oprime eróticamente como una estricta pero suave prisión, permitiéndole metamorfosearse en el personaje que ha creado para disfrutar de los placeres del BDSM. A Dómina Musa le excita verla vestida así, con sus preciosos pechos y su piel negra de látex brillando a la luz, con su collar de fiel sumisa al cuello, dispuesta a obedecer y complacer sin condición, a someterse a sus deseos, caprichos y perversiones, a humillarse y dejar que abuse de ella como a su Señora le plazca.
En las sesiones con Rubberaquel, Domina Musa siempre adopta su Rol más macarra y perverso, el de “machito dominante”. Como es habitual, Musa se viste con sus eróticos atuendos pero, en estas ocasiones, añade su strapon negro bien atado a las caderas, siempre erecto y listo para violar a quién lo merezca. Sabe que eso es lo que quieren muchos sumisos y sumisas, lo que desean más que nada en este Mundo, ser penetradas por una cruel Diosa FemDom con una buena polla de goma como la suya. Por eso mismo, este privilegio tan especial no se lo otorga a nadie fácilmente, por eso hace que se lo ganen con auténticas muestras de adoración, pleitesía y compromiso.
Rubberaquel contactó con Domina Musa para poder hacer realidad sus fantasías de sumisión, en concreto para ofrecerse a ella como una mujer objeto, una fiel servidora, y sobre todo, ser humillada por desear eso precisamente. Ese es el juego FemDom pactado y consensuado con Domina Musa. Y es lo que ambas disfrutan en cada sesión privada que organizan de vez en cuando. Domina Musa azota con sus instrumentos de castigo a su sumisa mientras le recuerda lo degenerada, grotesca y despreciable que es. La sumisa suplica el perdón arrepentida por sus faltas mientras jadea de placer por el dolor de los azotes y los humillantes insultos. Al inicio del juego, su Señora le ha introducido un dilatador anal que bombea con aire de vez en cuando para torturar y ensanchar dolorosamente el trasero de la sumisa. Rubberaquel disfruta sintiendo como el objeto de goma se expande dentro de su ano mientras soporta con deleite la cruel disciplina de su querida Señora. Placer, dolor, humillación y excitación, ese es el juego.
Si ha sido lo suficientemente obediente y complaciente a lo largo de toda la semana, si ha adorado a su Domina como es debido y cumplido todos sus mandatos y caprichos como, por ejemplo, la prohibición de masturbarse durante muchos días pensando en ella, quizás Rubberaquel consiga alguna inesperada recompensa o premio de su Dueña durante el transcurso de la sesión, como tener el honor de ser violada por el ano con el delicioso strapon de su Diosa, o poder eyacular sobre los voluminoso pechos de su Señora como tributo, o bien, su preferido entre todos los premios, disfrutar del placer de sentir como cae por su rostro y su cuerpo una buena meada de su Dueña mientras se masturba frenéticamente tirada en el suelo como una WC humano. El orín de Domina Musa, otro de sus fetiches, es néctar divino para Rubberaquel.
Los juegos son muchos y muy variados, pero entran en el universo privado y secreto entre Domina y su sumisa crossdresser, y no podemos desvelaros más. Simplemente, queríamos dedicarle este artículo a este buen sumiso por su lealtad, entrega y servicio a Domina Musa, a pesar de tener que aprender y esforzarse mucho más para lograr algún día llegar a conseguir el honroso título de “esclava” de su Diosa FemDom. Si todo va bien, seguro que así será.
